La sutileza siempre será un buen recurso a la hora de planear una estrategia de marketing y publicidad. Más aún cuando esa sutileza se transforma en valor agregado. Sí, porque el producto es una cosa, sus resultados y los resultados de sus resultados, otra. A continuación, un ejemplo genial del valor agregado de un producto.
¿Para qué sirve un cepillo de dientes eléctrico? Básicamente para mejorar higiene bucal. Si lo pensamos más, para mantener tu estética y luego…para conseguir aquella sonrisa encantadora que nos abre todas las puertas y dibuja muchísimas oportunidades en lugares donde el receptor es sensible.



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